La Dra. Sandra Lanza es académica de la carrera de Medicina, UNAB Sede Viña del Mar y coordinó en el Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar (ITISB UNAB), la Plataforma Decide Salud Vida Sana que se implementó en el Hospital de La Florida, dra. Eloísa Díaz. Recientemente asistió como invitada en representación de Chile y como presidenta de la SOCHIMEV (Sociedad Chilena de Medicina del Estilo de Vida) al primer Foro de Líderes Mundiales de Lifestyle Medicine, actividad organizada por la Global Alliance of Lifestyle Medicine (LMGA), entre el 13 y el 18 de febrero de 2024, en Doha, Catar.

Con motivo de dar a conocer el trabajo que lidera dentro de la UNAB, analizó aspectos que favorecen el bienestar en las personas.

No es sencillo cambiar los hábitos, porque la alimentación tiene que ver con distintos factores, culturales y sociales. Son patrones que tenemos arraigados desde la infancia. Además, estamos expuestos todo el día y de distintas formas a alimentos poco saludables, ultra procesados. Hasta en las clínicas y hospitales encontramos máquinas que venden este tipo de alimentos, y también está el marketing, otro factor que influye.  Durante el día estamos expuestos a una gran cantidad de imágenes e información que nos estimulan a consumir este tipo de alimentos no saludables. Entonces no basta con decir queremos cambiar si vivimos en una sociedad que no nos facilita este cambio.

Es un tema muy importante y efectivamente abundan en redes sociales donde tienen miles o millones de seguidores, pero son personas que no cuentan con la formación necesaria para dar recomendaciones de salud a la población, no están educando y están haciendo un daño enorme con esta acción. Mi opinión es que debería existir una legislación tal como existe en otros países.

Es un mito, una creencia bien arraigada. Hay varios estudios que demuestran que comer sano no es más caro. Si uno compra lo que necesita en un emporio, a granel o en una feria obtiene los productos de estación, no es más costoso. Además, resulta una inversión en nuestra salud para tener una mejor calidad y expectativa de vida.

Aquí es clave la participación de las organizaciones. Se necesita que estas creen el ambiente y las condiciones adecuadas para el trabajo y que ofrezcan herramientas para la gestión del estrés.

Lo más importante es decir que mientras antes comencemos a prepararnos, mejor. No esperar a tener 40 años para partir. Hoy existe evidencia suficiente de que por ejemplo las enfermedades arterioescleróticas tienen sus primeros signos en la infancia, aprox. a los 10 años. Por lo tanto, instaurar hábitos desde la infancia es una excelente estrategia. Cuidar nuestra alimentación, tener un buen descanso, evitar consumo de sustancias tóxicas, mantenernos activos físicamente, aprender a gestionar el estrés y mantener relaciones sociales positivas harán que tengamos un envejecimiento saludable.  Es importante añadir que si no pudiste hacerlo antes siempre será un buen momento para partir.