En el Día de la Ingeniera, celebrado ayer, el Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar (ITISB) de la Universidad Andrés Bello destacó la labor de sus profesionales, reconociendo el rol transformador que ejercen dentro y fuera del ámbito tecnológico. Para conmemorar esta fecha, tres ingenieras del ITISB compartieron sus experiencias, mostrando una visión diversa, comprometida y profundamente humana de la ingeniería.

“Desde chica nunca pensé en ser ingeniera”, relata Katherine “Lo que yo quería y a lo que jugaba era a crear y diseñar cosas, buscar problemas y resolverlos. Llegué a la ingeniería un poco al azar y encontré una profesión que me permite hacer justamente lo que soñé de pequeña: crear y diseñar, aunque de una manera más abstracta”. Hoy, desde su rol profesional, contribuye al diseño y materialización de soluciones prácticas y sostenibles. “Crear espacios de confianza, crecimiento y colaboración es tan importante como cualquier avance tecnológico”.

Katherine Figueroa

“Una de las frases que más me llamaba la atención al estudiar ingeniería era poder diseñar soluciones que hagan la vida más amena. Me encanta aprender cosas nuevas, y esta es una carrera de muchos desafíos. A veces no crees que vas a poder lograrlo, pero si sigues insistiendo cada día, las soluciones llegan y el esfuerzo se vuelve gratificante”.

Además, Angélica enfatiza el rol de la empatía en la práctica profesional: “Cuando conocemos procesos y herramientas tecnológicas, también tenemos la responsabilidad de enseñarlas con humildad. Hay que imaginar el desconocimiento del otro para realmente alcanzar a quienes más lo necesitan”.

Angélica Solís

“Elegí ser Ingeniera Civil Informática porque siempre me han gustado las matemáticas y el razonamiento lógico. Desde pequeña, me interesaron los desafíos que requieren pensar de manera estructurada y encontrar soluciones a problemas. No fue una decisión fácil, ya que no tenía referentes femeninos en el área cuando entré a la universidad; de hecho, fui la única mujer en mi promoción. Agradezco a las profesoras que tuve, quienes me inspiraron a seguir adelante y, más tarde, a dedicarme a la investigación. Así como ellas fueron un referente para mí, espero poder serlo también para otras jóvenes en el futuro”.

Catalina Valle

Estas voces reflejan el espíritu del Instituto de Tecnología para la Innovación en Salud y Bienestar: una ingeniería que va más allá de lo técnico y se convierte en motor de cambio, inclusión y desarrollo humano. En fechas como esta, no solo se celebra la presencia de mujeres en la ingeniería; se visibiliza su aporte único y se fortalece la inspiración para las generaciones que vienen.

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